Manitas o patas de cerdo con almendras, un plato de la cocina tradicional que sorprende por su resultado. Resulta suave y meloso, porque la gelatina que desprende en su cocción ese producto del cerdo da a esta receta un toque único. Lejos de lo que pudiera parecer, tiene menos grasa que cualquier otra parte del cerdo, y mucha gelatina. Un plato rico en proteínas y minerales, ideal para los días fríos. Puede degustarse como plato principal o como tapa, deshuesado y colocado en pequeñas porciones sobre tostadas bien calientes.
Ingredientes, para cuatro personas:
Cuatro patas, manitas o pies de cerdo partidas por la mitad en sentido longitudinal. En las carnicerías pueden prepararlas, y algunos supermercados las venden ya cortadas y limpias al vacío. Es importante que estén muy limpias.
Cien gramos de almendras tostadas y molidas. También se venden ya molidas. Si se dispone de ellas enteras, se pueden tostar al horno o en una sartén, cubrir con un paño y moler con una botella, a modo de rodillo. También se pueden machacar en el mortero.
Una rebanada de pan frito.
Cuatro ajos, perejil, sal y pimienta.
Una cebolla y una hoja de laurel.
Aceite de oliva. Un poco de vino blanco, opcional.
Un huevo duro --cocido durante diez minutos--
Elaboración:
Clarificar las manitas de la siguiente manera: ponerlas en una cazuela sólo con agua hirviendo, duante cinco minutos. Escurrir y poner a cocer las patas, ya perfectamente limpias, en abudante agua hirviendo, con una cebolla, dos dientes de ajo, una hoja de laurel y unos granos de pimienta. Asi el caldo de la cocción, con la cebolla, los ajos, el laurel y la pimienta estará completamente claro.
Cuando el hueso se separe de la carne (aproximadamente media hora en recipiente tradicional, unos minutos en olla rápida, según marquen las instrucciones de ese recipiente), colocar las manitas en una sartén o cazuela plana. Reservar el caldo aparte.
En un mortero, colocar las almendras, una rebanada de pan previamente frito, dos ajos, unas ramitas de perejil, sal gorda, pimienta al gusto y un huevo duro. machacar. Añadir un chorrito de vino blanco o caldo de cocción, opcional. Esta mezcla puede realizarse también en robot de cocina o con la batidora eléctrica.
Napar o cubrir las manitas con la mezcla y poner a fuego lento. Añadir dos cazos del caldo de la cocción de las manitas. Dejar cocer durante diez minutos a fuego lento. Reposar, y servir.
Truco:
Si se desea que la salsa no sea muy espesa, se puede añadir caldo de pollo a la cocción con la mezcla de almendras, pan y huevo duro, en lugar del caldo de las propias manitas, más gelatinoso. En ambos casos resulta delicioso. Las manitas se pueden presentar enteras o deshuesadas. En este caso, resultará muy fácil separar los huesos, pero habrá que hacerlo antes de cubrirlas con la salsa que dará sabor al plato.