Un extraordinario postre para una celebración, o una comida de fiesta. Los "canelés bordelais" o Canelets de Burdeos son un dulce típico de Navidad y de otras fiestas en una de las regiones europeas del vino por excelencia. Delicados y únicos en su sabor, se hornean tras preparar con una sencilla receta a base de harina, huevos, azúcar, ron dorado o negro y vainilla. El secreto está en la temperatura del horno, y el resultado es excepcional, tierno por dentro y crujiente por fuera, para sorprender tras una buena cocina o cena, o para alegrar un tentempié de lujo.
Ingredientes, para ocho personas, alrededor de 60 mini-canelets:
Medio litro de leche
Dos huevos enteros y dos yemas más
Cien gramos de harina
Doscientos gramos de azúcar
50 gramos de mantequilla
Una pizca de sal
Elaboración:
Hervir la leche con el estracto de vainilla y la mantequilla. Mientras tanto, mezclar la harina, el azúcar, los huevos y las yemas.
Incorporar la leche hirviendo y mezclar al fuego. Se deberá obtener una pasta fluída y sin grumos.
Dejar reposar una hora, tras la que se incorporará el ron, y se mezclará de nuevo.
Precalentar el horno a 270 grados centígrados.
Introducir la mezcla para canalets en los moldes apropiados para ese dulce, de venta en supermercados e internet. En su defecto, uilizar pequeños moldes de flan o moldes de silicona para madalenas.
Para la cocción en el horno, en la que reside todo el secreto de este dulce, habrá que seguir los pasos que a continuación se detallan. En primer lugar, introducir los moldes en una bandeja en el horno a máxima temperatura, 300 grados, y cocer durante cinco minutos. A continuación bajar la temperatura a 180 grados y hornear durante aproximadamente una hora, vigilando hasta que resulte un color dorado.
El exterior quedará marrón oscuro, y el interior quedará claro y tierno.
Desmoldar después de algunos minutos y colocarlo sobre una parrilla de pastelería, si es posible, o sobre una bandeja.
Truco: Los canelets pueden conservarse en una lata de metal durante algunos días. Son riquísimos tomados con helado de vainilla o de nata. También pueden acompañar un buen café de celebración.