El gazpacho es el plato fresco español por excelencia. Una auténtica "bomba" de vitaminas, que, junto a los minerales y la fibra que aporta, constituye un sanísimo entrante o tentempié. Al mismo tiempo, es un plato riquísimo, muy apreciado durante el verano por resultar más que refrescante e hidratante. Se trata de una receta de la cocina tradicional andaluza y, por excelencia, mediterránea, barata, sencilla pero muy especial al paladar y muy fácil de cocinar. Por supuesto, cada maestro tiene su gazpacho, pero todos cuentan con el denominador común del buen tomate maduro, aderezado con aceite de oliva virgen. Mundochef propone aquí una receta sencilla de gazpacho, al estilo casero, que admite todas las variantes y grado de sofisticación posibles.
Ingredientes:
Un kilo de tomates muy maduros y rojos
Un pepino
Un pimiento verde
Una cebolleta mediana
Medio diente de ajo (al gusto)
Una taza de miga de pan
Un vaso de agua fría
Sal y pimienta al gusto
Cuatro cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Una cucharada de vinagre de vino
Elaboración:
Remojar la miga de pan con el agua fría en un recipiente amplio.
Añadir los tomates previamente pelados (para lo que será necesario escaldarlos previamente durante unos segundos en agua hirviendo).
Pelar y trocar el pepino y la cebolleta. Añadirlos al recipiente.
Limpiar y trocear el pimiento. Añadirlo al recipiente. Hacer lo propio con el ajo. Se recomienta añadir sólo medio diente y probar, para luego añadir más si se desea potenciar ese sabor.
Salpimentar al gusto y añadir el aceite y el vinagre.
Triturar hasta que quede muy fino y pasar por el chino.
Enfriar en la nevera antes de servir o añadir cubitos de hielo, si se desea consumir inmediatamente.
Servir en vasos, para beber como aperitivo o tentempié, o en tazones o platos, acompañado por trocitos de sus ingredientes finamente cortados, aparte, para que cada comensal se sirva como entrante.
Truco: El paso del chino es importante para que la mezcla quede fina y limpia. Si se desea un plato más sofisticado, puede contener también un chorrito de nata líquida, que se añadirá a última hora antes de batirlo de nuevo. Servido con queso fresco, o bien con berberechos en conserva resulta rico y sorprendente.