Revuelto de gulas y espárragos trigueros, una receta sencillísima, cuyo único truco consiste en acertar con el tiempo de cocción y en utilizar buenos ingredientes. Puede ser una cena ideal, servido sobre una tostada de pan o simplemente acompañado por unos costrones de pan frito. Además de resultar un plato delicado y sabroso, contiene todos los nutrientes necesarios que aportan las proteínas del huevo y las gulas y las vitaminas y minerales de los trigueros, verdura que, a su vez, resulta sana y desintoxicante.
Ingredientes, para cuatro personas:
Un manojo de espárragos trigueros de aproximadamente medio kilo.
Unos 200 gramos de gulas en aceite de oliva, de venta en conserva de cristal o semiconserva, envasado al vacío.
Ocho huevos, preferiblemente de corral.
Sal y pimienta.
Dos cucharadas de aceite de oliva.
Elaboración:
Cortar los tallos de los espárragos trigueros y reservar las puntas. Trocearlos en pedazos de unos tres centímetros.
Poner los tallos a pochar en una sartén, con el aceite de oliva, a fuego lento.
Cuando ya estén tiernos, salpimientar e incorporar las puntas de los espárragos. Sofreír, también a fuego lento, durante unos minutos.
Incorporar las gulas, en el último momento, calentar con los espárragos.
Añadir los huevos sin batir y subir el fuego. Remover lentamente dejar cocinar dos minutos, para emplatar antes de que el huevo quede del todo cuajado, y así conseguir un revuelto más jugoso.
Truco:
Este revuelto resultará aún más sabroso si se le añade uno diente de ajo picado en el momento de cocinar los espárragos. Servido sobre una tostada de pan de hogaza resulta riquísimo. Si a alguien le gusta el sabor del ajo crudo, esa tostada puede frotarse con un diente de ajo, para después añadir unas gotas de aceite de oliva antes de servir encima el revuelto.