La tarta de cebolla es una magnífica muestra de la cocina del centro de Europa. Es una receta muy fácil de cocinar, pero requiere tiempo y paciencia para que el relleno, la cebolla, esté bien dorada y dulce, caramelizada a fuego muy lento. Suele elaborarse con otro ingrediente fundamental, el queso, y resultará tan sabrosa como lo sea el queso que utilicemos para el relleno. En esta receta, Mundochef propone un añadido igualmente rico y típico de la tarta de cebolla, el beicon o panceta ahumada. Como entrante, o como plato principal, con ensalada, la tarta de cebolla no deja indiferente a quien la prueba, y agrada a quien la cocina por su sencillez y resultado.
Ingredientes:
Una placa de masa quebrada, casera (cuya receta o ingredientes apuntamos aquí) o preparada.
Cuatro cebollas de guisar.
Doscientos gramos de beicon o panceta ahumada.
Un huevo.
Un brick de nata de cocinar.
Doscientos gramos de queso rallado a elección. Se puede hacer con enmental u otro más sabroso, al gusto.
Sal y pimienta.
Aceite de oliva.
Elaboración:
Para realizar la masa quebrada para tarta salada, son precisos doscientos gramos de harina, cien de mantequilla, un huevo y una pizca de sal. La elaboración de la masa quebrada es muy sencilla. Hay que poner en un cuenco la harina tamizada y añadir la mantequilla pomada, mezclar ambos ingredientes con la yema de los dedos hasta obtener una mezcla arenosa. Seguidamente, incorporar la sal y el huevo, mezclar con las manos hasta que la masa se una, hacer una bola con ella y colocarla en un cuenco cubierto con film transparente para dejarla reposar en el frigorífico durante una hora, durante la que tomará consistencia.
Mientras la masa reposa en la nevera, pelar y trocear las cebollas y freírlas a fuego lento en una sartén con aceite de oliva, sal y pimienta. Hay que tener paciencia y darle todo el tiempo necesario para que la cebolla tome un bonito tono dorado y asimile todo el dulzor que proporcina esa hortaliza.
Freír el beicon troceado en daditos o "lardones" y mezclar con la cebolla.
Estirar la masa quebrada y colocarla en un molde cubierto con papel de hornear o untado con mantequilla y espolvoreado con harina.
Separa la yema de la clara de huevo, y batir esta última hasta que esté a punto de nieve.
En un recipiente adecuado, mezclar la cebolla y el beicon con la yema de un huevo fresco y la nata líquida. Sazonar al gusto y añadir también casi todo el queso rallazo o troceado.
Añadir la clara de huevo montada y mezclar con suavidad. Este paso dará a la tarta volumen y esponjosidad.
Rellenar la masa con la preparación anterior y cubrirla con el queso restante.
Hornear durante unos veinte minutos a 180ºC, hasta que esté dorada.
Truco: Esta tarta puede realizarse con masa de hojaldre congelada o precinada. El resultado es igualmente delicioso y crugiente.