El salmón a la parrilla o a la plancha es por sí mismo un plato sencillo, simple, sano y delicioso. Si a esta receta se le añade, como acompañamiento, una riquísima y aromática salsa de hinojo fresco, el plato se convierte en una exquisitez, tan sencilla de realizar y saludable que lo hacen aconsejable para tomarlo en cualquier comida. Esta receta también es económica, y puede ser cocinada en menos de diez minutos, si se dispone de poco tiempo pero no se desea renunciar al disfrute de una comida "de verdad". Ahora mismo se puede encontrar salmón en cualquier época del año en las pescaterías y supermercados, de gran calidad y excelentes cualidades nutricionales, por tratarse de un pescado azul. Receta, pues, sencilla, económica, sana y deliciosa, lista para preparar en cualquier momento.
Ingredientes, para cuatro personas:
Ocho filetes de lomo de salmón desespinado, de unos cien gramos cada uno.
Aceite de oliva.
Un huevo.
Un limón.
Sal.
Hojas de hinojo fresco.
Elaboración:
Elaborar una salsa mahonesa, con huevo, aceite de oliva virgen, unas gotas de limón y una pizquita de sal, de acuerdo con la receta de Mundochef que puede consultarse pinchando aquí.
Cortar las hojas verdes del hinojo en trocitos muy finos. Picarlas hasta que queden reducidos a polvo.
Mesclar la mahonesa con el polvo de hinojo, hasta que quede una salsa fina moteada y de un bonito color verdoso.
Calentar la parrilla al máximo y colocar los trozos de lomo de salmón hacia abajo, con la piel a la vista. Es importante que la parrilla o la plancha esté muy caliente, para dar un bonito color dorado a la carne del salmón, y que éste no se pegue.
Dejar cocinar unos cinco minutos, hasta que esté dorado, y dar la vuelta. Dejar al fuego mejos vivo otros cinco minutos.
Emplatar y servir, con su salsa y un poco de limón. Si se desea salpimentar, es recomendable sazonar en el último momento.
Truco: Esta salsa resulta muy aromática, y puede realizarse también con hojas verdes de eneldo. Ambas hierbas frescas resultan muy adecuadas para el salmón. Es aconsejable no cocinar el salmón más tiempo del adecuado, para que no resulte seco y siga conservando todo su jugo y sabor.