Se trata de una receta sencilla de origen francés, por la pasta brisa que sirve de sustento de esta tarta. Plenamente mediterránea, sabrosa, rica en vitaminas y muy, muy adecuada para los más golosos y amantes de la comida casera y auténtica. La tarta de fresas, en ese caso de fresones, destaca por el contraste entre la suave y dulce crema que sirve de base a la fruta y la acidez de los frutos rojos. Es fácil de hacer, barata, y muy resultona para coronar una comida especial con invitados. Acompañada por una bola de helado de crema, nata, vainilla o chocolate es insuperable.
Ingredientes.
Una base de pasta quebrada casera o congelada. También puede cocinarse con masa de hojaldre congelada, al gusto y de un tamaño y forma adaptado al molde que se disponga.
Un kilo de fresones rojos y maduros, bien lavados.
Dos cucharadas de azúcar moreno de caña.
Un cuarto de litro de leche.
75 gramos de azúcar blanco.
1 huevo.
40 gramos de harina.
Aroma de vainilla o ralladura de limón, al gusto.
Elaboración:
Extender la masa y colocarla en el molde, según las instrucciones del fabricante. Es recomendable hacerlo sobre papel de hornear, o untando el molde con matequilla, para luego espolvorearlo con harina, antes de colocar la pasta.
Elaborar la crema pastelera, según la siguiente receta: Poner a hervir casi toda le leche en un cazo con ralladura de limón. Batir el huevo, añadir el azúcar y la harina y desleírlo con un poquito de leche fría. Añadir esta mezcla a la leche hirviendo y cocer a fuego suave durante cinco minutos. no dejar de remover, hasta que la crema esté suave y cuajada.
Extender la crema pastelera sobre la masa, que previamente habremos marcado con un tenedor en su fondo.
Colocar las fresas troceadas y adornar desde el centro hasta la parte exterior de la tarta.
Espolvorear un par de cucharadas de azúcar de caña.
Introducir en el horno, que previamente habremos precalentado a 180 grados. hornear hasta que la masa esté firme y dorada, aproximadamente unos veinte minutos.
Truco: La esencia de vainilla puede dar un aroma muy especial y agradable a la crema pastelera. Este postre puede tomarse caliente, acompañado por una bola de helado de nata y otra de chocolate. Ese toque hará de este plato sencillo un postre muy sofisticado y agradable, para concluír un buen menú.