Sencilla receta para una magnífica salsa de acompañamiento para carnes, a base de champiñones y ajetes o ajos tiernos. Se trata de una fórmula fácil de cocinar, intensa en su sabor y contundfente en su textura, pero no pesada ni grasa, y perfecta para compañar albóndigas, hamburguesas, pechugas de pollo o buena carne a la plancha o a la parrilla, como entrecot o solomillo.
Ingredientes:
Medio kilo de champiñones.
Un manojo de ajos tiernos o ajetes.
Medio vaso de leche.
Dos cucharadas de aceite de oliva.
Sal y pimienta negra molida.
Elaboración:
Limpiar los champiñones y trocearlos.
Limpiar los ajetes, separar las hojas más verdes y duras, y trocearlos.
En una sartén, calentar el aceite e incorporar los ajetes o ajos tiernos. Pochar hasta que estén blanditos e incorporar los champiñones finamente picados.
Salpimentar al gusto y cocinar durante diez minutos.
Añadir medio vaso de leche entera y dejar reducir, hasta que la salsa tenga la consistencia deseada.
Si se desea una salsa más densa, aunque también más grasa, añadir al final una "nuez" o cucharadita de mantequilla y utilizar crema de leche o nata de cocinar, en lugar de leche entera.
Truco:
Esta misma salsa puede ser utilizada para un guiso de pollo, si éste, después de troceado, se guisa en su jugo con un poco de caldo, y se incorpora al final de la cocción de la carne. El resultado es muy especial y está riquísimo, porque la mezcla de sabores de champiñón y ajete es muy sugerente y delicada.