Si te has pasado con la sal en un guiso, y probarlo, no te queda más remedio que seguir adelante... Pela una patata y córtala en trozos gruesos. Introdúcela en el guiso y dale un par de hervores. El almidón de la patata absorberá el exceso de sal. No olvides retirar los trozos de patata antes de ultimar y servir tu receta.