Entramos en al categoría de las ensaladas "templadas", cuyos ingredientes contrastan en aromas y temperaturas, y cuyo sabor se potencia precisamente por ello. Esta ensalada cuenta con las alcachofas como ingrediente base, vegetal que, además de aportar un sabor especial y una textura crugiente, es especialmente sano por su carácter desintoxicante. Como entrante, resulta un plato exquisito y sofisticado. Tiene sus secretos, pero es sencillo de hacer y muy resultón. Sólo hay que seguir adecudamente los pasos.
Ingredientes, para cuatro personas:
Lechugas variadas al gusto para realizar la "cama" de la ensalada. Puede utilizarse romana, lillo rojo, canónigos y otras al gusto. También puede servir como ingrediente adecuado una bolsa de ensaladas variadas preparada y lista para su uso, de venta en supermercados.
Una latita de maíz dulce en conserva.
Seis alcachofas.
Un limón.
Un trozo de queso parmesano o "granna", al gusto, para cortar en lascas.
Aceite de oliva.
Vinagre suave de vino o manzana.
Sal y pimienta al gusto.
Elaboración:
Limpiar las alcachofas y ponerlas con agua y zumo de limón, para que no se oxiden.
Limpiar las lechugas, mezclar y escurrir. Colocarlas en una fuente llana, a modo de "cama". Antes, habremos aliñado las lechugas en un recipiente hondo con aceite de oliva, unas gotas de vinagre, sal y pimienta al gusto.
Añadir el maíz, bien esparcido sobre las lechugas.
Cortar las alcachofas en láminas finas. Calentar una sartén con un fondo de aceite, e ir dorando las láminas de alcachofa.
Cortar el queso en finas lascas, y colocarlo sobre las alcahofas, cuando aún estén calientes.
Servir inmediatamente, con un chorrito de aceite de oliva por encima.
Truco: Si se desea un sabor más fuerte en la ensalada, puede añadirse en el aliño dos cucharaditas de mostaza de Dijon. Si las alcachofas están bien calientes en el momento de ultimar la ensalada, el quesó adquirirá temperatura sobre éstas, y potenciará su sabor.