Fórmula sencillla, muy apropiada para realizar en familia, o con amigos, sin salir de la cocina. Se trata de una receta muy popular. No es el resultado de una investigación minuciosa, aunque no dudamos que en origen así lo fuera. En realidad, esta receta fue el fruto de largas deliberaciones entre clases, cuando estudiábamos para periodistas en Barcelona, aunque luego pasó por el tamiz experto de una profesional de la cocina, quien consiguió, en muy poco tiempo, colocarla en el lugar estrella de los postres de un veterano restaurante. Disfruten de esta sencilla delicia, larga en historia, popular, y adictiva.
Ingredientes:
Una tarrina de queso Philadelphia o similar de 300 gramos
5 Huevos frescos
11 cucharadas soperas de azúcar
5 cucharadas soperas de maicena o harina de maíz
3 yogures naturales
Cómo se hace:
Precalentar el horno a 170 grados mientras se preparan y mezclan los ingredientes.
Batir el queso y las yemas de los huevos. A continuación, mezcar el resultado con el azúcar, el yogurt, y la maicena.
Batir las claras con barillas, hasta que se encuentren a punto de nieve.
Mezclar con cuidado ambos batidos, y colocar en molde previamente frotado con mantequilla.
Colocar en el horno, a 170 grados, y en posición media, hasta que al introducir una aguja o filo fino de cochillo salga limpio. Es importante no abrir el horno, o hacerlo lo imprescindible, durante el proceso de cocción.
Al desmoldar, se puede servir en porciones acompañadas por mermelada o jalea. La más apropiada es la de frutos rojos, ya que los contrastes de color y de sabor dulce y ligeramente ácido proporcionan un gran placer.