Nada mejor que unos buenos tomates, maduros en su propia rama y carnosos, para aliñar una fresca ensalada con queso fresco y Salsa Pesto. Un perfecto, refrescante y saludable entrante con carácter mediterráneo, con queso de origen griego y una salsa de aliño con marchamo italiano. Vitaminas en estado puro y mucho, mucho sabor adobado con aceite de oliva. Rojo, blanco y verde, grandes colores, intensos sabores y salud total en la mesa.
Ingredientes, para cuatro personas:
Medio kilo de tomates maduros y carnosos.
Queso feta en daditos, al natural o en aceite.
Sal y pimenta al gusto.
Olivas negras.
Para la salsa Pesto: Aceite de oliva virgen, un puñado de piñones crudos, unas hojas de albahavca fresca, queso parmesano.
Elaboración:
Cortar los tomates en rodajas de un centímetro, aproximadamente. Disponerlas en un plato o fuente llana.
Saltear la fuente con daditos de queso Feta y olivas negras del Bajo Aragón.
Elaborar la Salsa Pesto, para la cual se deberá colocar en un recipiente de batidora los piñones, un trozo de parmesano o dos cucharadas soperas de este queso rallado, un buen chorro de aceite de oliva y ocho o diez hojas de albahaca fresca. Triturar hasta que la mezcla quede muy fina.
Aderezar y servir fresca.
Truco: Este plato marida perfectamente con un buen vino blanco fresco. El queso Feta es untuoso y salado, y combina perfectamente con las olivas negras y el sabor de la albahaca. El aceite ha de ser siempre de oliva, para coronar la receta de manera adecuada.